Última modificación: 28-07-2014
Resumen
Este artículo propone una hipótesis alternativa y complementaria a la explicación de Young Nichols y Saxe (2010) en relación a los mecanismos psicológicos que empleamos cuando evaluamos moralmente acciones con desenlaces desafortunados accidentales (no provocados intencionalmente). Los autores procuran demostrar experimentalmente que no sólo juzgamos tales actos por su resultado negativo (lo que sería parcialmente irracional), sino que también consideramos las creencias verdaderas o falsas y las buenas o malas razones del agente. Mi propuesta consiste en incorporar como elemento de juicio razones “pragmáticas” (ponderación de valores del agente, su inclinación a actuar impulsivamente asumiendo riesgos aun a sabiendas de los posibles resultados, etc.) Un objetivo más amplio es cuestionar el enfoque estrictamente cognitivista de los autores, argumentando que la atribución de culpa moral tiene mayor peso cuando apelamos a la escala axiológica del agente que cuando atribuimos su conducta a meros errores cognitivos.