En la literatura feminista abundan los análisis sobre la división sobre la configuración de la estructura social para varones y mujeres, cuyos ámbitos de desarrollo han sido lo público y lo privado respectivamente. Desde esta perspectiva, también se ha explicado la división sexual del trabajo. En este sentido, existe un acuerdo al interior del movimiento feminista sobre cómo la diferencia sexual ha generado una diferencia política.

Considerando que el ejercicio de la ciudadanía supone un espacio público que se ocupa con las demandas y las propuestas de un sujeto de derecho, resulta interesante establecer un diálogo entre lo que algunos autores aportan a dicho concepto, con los aportes del movimiento feminista en la redefinición y expansión de ciudadanía, enriqueciendo la concepción de democracia en pos de una sociedad más equitativa.

Trocello se interroga ¿cuáles son las sociedades que pueden construir un orden justo, enmarcado en procedimientos democráticos? Pregunta que se hace relevante a la hora de reflexionar sobre la ciudadanía, cuyo origen se situó en la modernidad donde los derechos eran ejercidos sólo por varones, excluyendo a las mujeres.