El uso de materiales metálicos (tales como aleaciones de titanio y acero inoxidable) es común en aplicaciones de ortopedia debido a sus buenas propiedades mecánicas y biocompatibilidad [1]. Sin embargo, debido a que no presentan una buena osteointegración a menudo se recubren con compuestos a base de vidrios, silicatos biactivos o hidroxiapatita para luego ser sometidos a procesos de sinterizado. Este procedimiento permite asegurar su adherencia sobre el metal y favorecer las interacciones recubrimiento-hueso [2]. Además, este tipo de recubrimientos suelen presentar microfisuras producto del tratamiento térmico. En este sentido, el uso de polímeros biocompatibles representa una alternativa promisoria para mejorar tanto la biodegradabilidad de la materia inorgánica como así también sus propiedades mecánicas o físicas evitando la etapa de sinterizado [3]. En este trabajo se obtuvieron dos clases de recubrimientos “softcoating” mediante deposición electroforética (EPD). En todos los recubrimientos se empleó como fase inorgánica biovidrio y como fase orgánica poli(?-caprolactona), PCL, comercial (Sigma-Aldrich, M_n=80.000 g.mol^-1) y PCL sintetizada en el laboratorio mediante síntesis aniónica (M_n=26.800 g.mol^-1), modificada con anhídrido maleico. Para asegurar un adecuado recubrimiento del sustrato metálico, se optimizaron variables del proceso de deposición (diferencia de potencial y tiempo). La suspensión utilizada para la EPD se realizó con una concentración de polímero del 5% w/v y una relación biovidrio/PCL=2.5. Los recubrimientos se caracterizaron químicamente mediante espectroscopia Infrarroja con Transformada de Fourier (FTIR) y se corroboró la presencia de grupos funcionales pertenecientes a ambas fases en todos los materiales estudiados. Por otra parte, la microestrucura de los recubrimientos se evaluó por Microscopía Electrónica de Barrido (SEM). En los recubrimientos con PCL comercial se observó una mayor formación de aglomerados en comparación a los recubrimientos con PCL modificada. Finalmente, las micrografías revelaron un alto grado de recubrimiento del sustrato metálico y la ausencia de microfisuras.