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Las performances artivistas de Susy Shock: Piquetera Trans de la Aurora
Última modificación: 19-04-2015
Resumen
La artivista trans Susy Shock se presenta mensualmente en los “Poemarios Trans
Piradxs” en Casa Brandon, club de cultura queer ubicado en Capital Federal. Allí se
manifiesta poética y musicalmente con la contundencia de un cuerpo político en escena,
que denuncia, propone consignas e instala preguntas a lxs participantes del ritual.
Analizaremos un corpus inédito de textos y canciones y algunos relatos y poemas
publicados, que junto a sus performances construyen la figura de estx activista por los
derechos de la diversidad sexual. Sus características de luchar contra la opresión y la
heteronorma desde los lazos afectivos que se generan en lo colectivo, con el amor, el
beso y el abrazo como arma más poderosa la distinguen y la convierten en unx sujetx de
análisis y reflexión para conocer y divulgar. Su presencia militante y artística la define
como artivista, y su cuerpo disidente acompaña la lucha contra la compulsiva matriz
heterosexual y los violentos binarismos que invisibilizan lo que consideran abyecto.
Reclama su “derecho a ser un monstruo”, frase de la activista trans Marlene Wayar,
amiga y colega con quien transitan ese mutar y esa búsqueda infinita y gerundia que
propone la teoría trans.
Piradxs” en Casa Brandon, club de cultura queer ubicado en Capital Federal. Allí se
manifiesta poética y musicalmente con la contundencia de un cuerpo político en escena,
que denuncia, propone consignas e instala preguntas a lxs participantes del ritual.
Analizaremos un corpus inédito de textos y canciones y algunos relatos y poemas
publicados, que junto a sus performances construyen la figura de estx activista por los
derechos de la diversidad sexual. Sus características de luchar contra la opresión y la
heteronorma desde los lazos afectivos que se generan en lo colectivo, con el amor, el
beso y el abrazo como arma más poderosa la distinguen y la convierten en unx sujetx de
análisis y reflexión para conocer y divulgar. Su presencia militante y artística la define
como artivista, y su cuerpo disidente acompaña la lucha contra la compulsiva matriz
heterosexual y los violentos binarismos que invisibilizan lo que consideran abyecto.
Reclama su “derecho a ser un monstruo”, frase de la activista trans Marlene Wayar,
amiga y colega con quien transitan ese mutar y esa búsqueda infinita y gerundia que
propone la teoría trans.
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