En este trabajo nos interesa exponer, por un lado, una reflexión teórica sobre las violencias de género, la performatividad de la diferencia sexual y el trabajo educativo (imposible, según la tesis freudiana; y por tanto necesario e infinito) en la insumisión frente a toda forma de dominación de las alteridades subjetivas y culturales.

Afirmando el paradigma semiológico de la diferencia como el origen mismo del sentido y de la id-entidad, en tanto configuración significante siempre abierta (heteróclita, heterogénea, irreductible a una forma, nombre o estigma), intentaremos una mirada epistémica a las determinaciones histórico-culturales heteronormativas, buscando bordes de insumisión y ruptura frente a tales imposiciones.

Por otro lado, expondremos una discusión sobre los efectos de verdad de los dispositivos subjetivos (el testimonio, la memoria, la elaboración psíquico-social, la transmisión de una herencia de lenguaje y de vida) y jurídico-políticos (institucionalización, políticas estatales, legislación, denuncias judiciales de casos, fallos, conocimiento público) frente a experiencias de violencias vividas, abordadas judicialmente, en pugna por constituirse como contenidos centrales de nuestra cultura (en última instancia intraducibles, pero transmisibles): huellas y memorias que deben reinscribir y problematizar todo rasgo insimbolizable de crueldad que lastima los cuerpos y el bios mucho más allá de sí mismos, en su ipseidad.