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Durante las últimas décadas dentro de las ciencias sociales y las humanidades, surgió la necesidad de reincorporar la figura del sujeto individual, su desaparición y desgarramiento dentro de las grandes estructuras sociales de la modernidad produjo el ocultamiento de diversas voces, experiencias, cuerpos, emociones, afectos, etc. En este sentido, una serie de investigadores proponen al giro afectivo como una “…crítica frente a la construcción discursiva de los significados sociales, apostando a recuperar el cuerpo y la afectividad como elementos preconscientes, preindividuales y procesuales, con la potencialidad de afectar y ser afectados, de actuar y conectarse conformando una suerte de mirada ontológica con obvias implicaciones epistemológicas…” (Ariza, 2016). Esta propuesta que busca revalorizar al sujeto individual encuentra consonancia en algunos autores que forman parte de la discusión teórica que nutre mi tesis doctoral; en ella se sostiene que las ONG´s emergentes de procesos de institucionalización de movimientos sociales “de mujeres” o “feministas” son espacios donde las mujeres, como sujetos individuales, logran imprimir un proyecto personal a sus propias vidas – se subjetivizan- logrando reunir aquello que fue desgarrado y convirtiéndose en actoras sociales. Tal proceso de subjetivación individual, que se celebra en el marco de lo colectivo, estaría produciendo una apropiación del lenguaje de los derechos humanos por parte de estas organizaciones, y, al mismo tiempo, generando una nueva práctica democrática. La intención del presente texto será abordar la temática – subjetividades femeninas en los procesos de institucionalización jurídica de movimientos “de mujeres” y “feministas”- aplicando ángulos de análisis propios del giro afectivo.

Afectividad, ONG´s y mujeres, ideal post-social