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Las instalaciones diseñadas para el desarrollo de las actividades pacíficas de la energía nuclear se construyen de diversos materiales. Entre estos materiales se encuentra el hormigón armado que, además de ser un material estructural, es una barrera para el aislamiento y confinamiento de los materiales radioactivos [1]. Uno de sus mecanismos de degradación es la corrosión de las armaduras, una causa frecuente de falla en servicio. Consecuentemente, es imprescindible estudiar dicho mecanismo de degradación en las formulaciones desarrolladas para tal fin, así como también el desarrollo e implementación de técnicas de monitoreo para las estructuras reales [2].
El objetivo de este trabajo es comparar, desde el punto de vista de la corrosión de las armaduras, dos formulaciones de hormigón: una fabricada con cemento portland normal y la otra con cemento portland puzolánico. Ambas formulaciones son candidatas para aplicaciones nucleares cuyo requerimiento de durabilidad mínimo es de 300 años. Se presentan los resultados de un monitoreo de aproximadamente cuatro años del potencial y velocidad de corrosión de los refuerzos, de la resistividad eléctrica, flujo de oxígeno y temperatura interna del hormigón. Dichos parámetros son medidos en probetas de hormigón reforzadas a través sensores embebidos, previamente desarrollados en nuestro laboratorio [3]. Se han fabricado también probetas sin refuerzo para medir velocidad de penetración del dióxido de carbono. También se han medido el potencial de corrosión, la velocidad de corrosión y resistividad eléctrica del hormigón, mediante un instrumento comercial ampliamente usado en los trabajos reportados en la literatura [4]. Esto permite la comparación de los parámetros monitoreados con sensores embebidos y mediante el instrumento comercial.