Última modificación: 19-04-2015
Resumen
Las investigaciones empíricas demuestran que la educación no es neutra en relación al género, sino que está sesgada, de alguna manera, androcéntricamente. Teniendo en cuenta los aportes de Fainsod (2006), las instituciones sociales (en general) reproducen y producen constantemente significados y valores de género, y la institución escolar específicamente es uno de los principales dispositivos en la constitución de subjetividades femeninas y masculinas. En la misma línea, Flores Bernal (2005), también nos habla de que si bien no hay casi diferencias formales en los programas escolares de hombres y mujeres, si hay un currículo oculto que reproduce roles y concepciones discriminatorias de la mujer.
Estos y otros aportes, son tenidos en cuenta en este trabajo, para reflexionar acerca de cómo ese currículo oculto, término que es acuñado por varios autores, reproduce relaciones diferenciales de género, lo que habla de procesos diferenciales en la socialización y subjetivación de hombres y mujeres que de alguna manera legitiman la violencia de género. Haré referencia a determinados aportes clásicos desde la sociología y desde la pedagogía, que considero fundamentales y que nos ayudan a reflexionar sobre esta problemática de los procesos diferenciales en la socialización y como también pueden ser analizados desde una perspectiva de género.
En el presente trabajo, además y de manera fundamental, me propongo analizar cómo la educación problematizadora- libertadora que propone Paulo Freire, contrapuesta a la educación bancaria (paradigma actual de la educación), brindaría herramientas fundamentales para dotar al feminismo en tanto proyecto político y transformador de la realidad, en tanto dispositivo que permita la transformación de las relaciones desiguales de género, y de los sistemas estructurales de dominación- subordinación