La pregunta sobre los géneros es problemática, nos inquieta, pero… ¿por qué inquietaría el género de la maestra?  ¿Qué relaciones hay entre actuar un género, vivir un cuerpo y sentir placer?  ¿Y cuál sería su incidencia en el trabajo pedagógico? Ya sea por afirmación, omisión o silenciamiento, tanto en espacios públicos y reconocidos como velados y privados, se ejerce una pedagogía de la sexualidad que legitima determinadas identidades y prácticas sexuales, reprimiendo y marginando otras.

Lopes Louro (2001) dice que muchas otras instancias sociales -medios, iglesia, justicia- también practican tal pedagogía, coincidiendo con tales legitimaciones o produciendo discursos disonantes y contradictorios. Así es como ciertas pedagogías de la sexualidad producen una serie de ‘experiencias posibles’ que vuelven porosas las fronteras de los espacios escolares.

En este trabajo, apelando a las nociones butlerianas de materialidad del cuerpo y actos de habla performativos, intentaré distinguir ciertas textualidades presentes en las narraciones de los relatos de vida de docentes de la Comarca Andina, autodefinidas como lesbianas, para relevar cómo es narrado/vivido el cuerpo -situado como estudiante y docente- en la experiencia escolar. Es decir, cómo se experiencian los procesos de materialización corporal en dichos ámbitos y situaciones, y qué desplazamientos revelan esas narraciones.