La Asignación Universal por Hijo ha sido, quizás, la política social más fuerte de los últimos tiempos. Sin lugar a dudas el enfoque universalista de tal política pública, sumado al enfoque de derechos que la informa y su diseño coordinado entre distintas instancias institucionales, ha permitido que se convierta en un paradigma en términos de inclusión social. Consideramos que tal normativa, a pesar de tener como pretensión coadyuvar a corregir la “injusticia social, la inequidad de género y la pobreza”, supone como categoría articuladora la noción de mujer-madre, fijando de manera problemática una asistencia a las mujeres que está anclada en la función reproductiva de las mismas, perpetuando el imaginario social de tal representación. Analizamos críticamente la función que desempeña la categoría de “maternidad” en dicha política pública indagando sobre los sentidos que construye en torno a los roles de género. Damos cuenta de la conflictividad que supone la construcción de un discurso desde el derecho acerca de la "mujer-madre" subordinada a una supremacía de los discursos de protección de la infancia, señalando algunas tensiones y confrontaciones que supone para las mujeres en la ampliación y profundización de sus demandas (no)reproductivas, particularmente cuando se legisla sobre "la pobreza".