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Mujeres cooperando: la lucha por la vivienda en Córdoba y Ciudad de México.
Última modificación: 23-04-2015
Resumen
Frente al aumento de la pobreza en América Latina, las estrategias tradicionales para enfrentarla parecen estar en crisis. Recientes investigaciones hacen hincapié en que las redes creadas por los pobres les permiten buscar soluciones a sus problemas.
Nuestro trabajo estudia cómo las mujeres cooperativistas de Córdoba y de Ciudad de México se reúnen en acciones colectivas destinadas a obtener la tierra y la vivienda, considerando la capacidad relacional de las mujeres en situación de pobreza para resolver sus problemas de exclusión y discriminación, dilucidando mecanismos y recursos sociales,
materiales y simbólicos que se activan en acciones cooperativas.
Las mujeres son las más afectadas por la pobreza: se ven privadas del acceso a recursos, no se recompensa ni se reconoce su trabajo, sus necesidades en materia de atención de la salud y nutrición no son prioritarias, su jornada laboral es doble y hasta triple, carecen de
acceso adecuado a la educación y su participación en la adopción de decisiones en el hogar y en la comunidad es mínima.
Sin embargo, hemos visto que, al participar en acciones colectivas, desarrollan mayor confianza, pues extienden el trabajo del hogar y los roles femeninos al ámbito comunitario. Así, logran intervenir en la generación y mantenimiento del capital social y enfrentar la pobreza.
Nuestro trabajo estudia cómo las mujeres cooperativistas de Córdoba y de Ciudad de México se reúnen en acciones colectivas destinadas a obtener la tierra y la vivienda, considerando la capacidad relacional de las mujeres en situación de pobreza para resolver sus problemas de exclusión y discriminación, dilucidando mecanismos y recursos sociales,
materiales y simbólicos que se activan en acciones cooperativas.
Las mujeres son las más afectadas por la pobreza: se ven privadas del acceso a recursos, no se recompensa ni se reconoce su trabajo, sus necesidades en materia de atención de la salud y nutrición no son prioritarias, su jornada laboral es doble y hasta triple, carecen de
acceso adecuado a la educación y su participación en la adopción de decisiones en el hogar y en la comunidad es mínima.
Sin embargo, hemos visto que, al participar en acciones colectivas, desarrollan mayor confianza, pues extienden el trabajo del hogar y los roles femeninos al ámbito comunitario. Así, logran intervenir en la generación y mantenimiento del capital social y enfrentar la pobreza.
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